MOLINILLO DE PIMIENTA PEUGEOT: UN LEÓN EN TU MESA
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Peugeot & Moi
21 diciembre 2022
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Tras el acero, fabricando cintas de acero para coser, hojas de sierra y muelles para la industria relojera, fue en 1840 cuando los hermanos PEUGEOT diseñaron su primer molinillo de café, llamado simplemente "Modelo Ordinario". Esto marcó el inicio de la producción de los famosos molinillos de Peugeot, que se utilizaron para moler granos de café, pimientas, especias, "flor de sal" e incluso azúcar durante varias generaciones hasta nuestros días.
Paralelamente a la gran aventura del automóvil y del ciclismo, PEUGEOT no ha parado de desarrollar, innovar y perfeccionar sus molinillos de pimienta, que siguen fabricándose en la histórica fábrica familiar del Doubs, en Francia. Todo se hace in situ: el diseño, el desarrollo técnico y, por supuesto, la fabricación. La madera se tornea, se barniza o se pinta; los mecanismos se estampan y se ensamblan meticulosamente con habilidad de orfebre. Los molinillos se exportan desde su Francia-Condado natal a más de 80 países de todo el mundo.
Una pequeña anécdota que vale su peso en pimienta: En la década de 1930, Jean Pierre Peugeot visitó las fábricas de automóviles estadounidenses. Durante un gran banquete, le dijeron que todo lo que había en la habitación en la que se encontraba era estadounidense.
Una pequeña anécdota que vale su peso en pimienta: En la década de 1930, Jean Pierre Peugeot visitó las fábricas de automóviles estadounidenses. Durante un gran banquete, le dijeron que todo lo que había en la habitación en la que se encontraba era estadounidense.
Pour commencer, parlez-nous un peu de vous…
Je suis Christophe Marguin et je préside l’association de cuisiniers Les Toques Blanches Lyonnaises. Je suis la 4e génération de chefs dans ma famille. Nous sommes restaurateurs depuis 1906. Je suis donc né dans ce métier. J’ai fait une formation tout à fait classique avec un CAP et pendant une dizaine d’années, j’ai travaillé chez d’autres chefs. Avant de reprendre l’entreprise familiale qui était dans un petit village de l’Ain qui s’appelle Les Échets. Aujourd’hui, nous sommes donc à Lyon, et notre restaurant, acheté il y a 5 ans, s’appelle Le Président.
La pimienta es un ingrediente que descubrí cuando estaba aprendiendo a cocinar. Aunque nací con ella, fue durante mi formación cuando aprendí a utilizarla.
Un grano de pimienta es totalmente diferente según su origen. Tengo una anéctoda un poco curiosa al respecto: un día viajé a China y visité diferentes regiones, una de ellas fue Szechuan. Nunca había probado pimienta tan fina como la de allí. Esta calidad no está a nuestro alcance, ni siquiera hoy. Este descubrimiento fue extraordinario y cambió mi visión de la pimienta. Así que, desde el momento en que la compramos, la cuidamos mucho: la probamos, la olemos, también la crujimos para intentar sentir los sabores según el plato que queramos hacer.
Es curioso que hablemos de esto hoy porque la semana pasada, con mi chef, mencioné la idea de revivir un gran clásico de la cocina francesa: el bistec a la pimienta. En efecto, es un plato que hoy ha desaparecido de los menús, a pesar de que es un clásico y de que a la gente le gusta. Así que tenemos que volver a prepararlo.
Lo primero es ajustar el molinillo con el pomo situado en la parte superior: cuanto más apretado el pomo, más fina será la molienda, y viceversa. Para ello, hay que saber cómo te gusta la pimienta. A algunos les gusta fina, a otros más gruesa. De hecho, nuestro paladar reacciona en función de cómo esté molida la pimienta: si es fina o si es gruesa, el sabor será diferente. Nosotros, los cocineros, cuando cogemos un molinillo de pimienta, aunque sea el que utilizamos habitualmente, siempre damos un cuarto de vuelta al molinillo en la mano para ver cómo sale la pimienta. Porque si otra persona lo ha utilizado mientras tanto, puede que no sea de nuestro gusto.
Lo segundo a lo que hay que prestar atención es al origen de la pimienta. No hay que dudar a la hora de invertir en pimienta. Si es cara, no importa la cantidad que uses cada vez. Los restauradores adoptamos la misma filosofía con el café: compramos café en grano. El café de baja calidad cuesta 15 euros, el de buena calidad 30 euros. En una dosis de café sólo ponemos 7 gramos, así que preferimos comprar café de buena calidad, porque la diferencia de precio es mínima. Con la pimienta pasa lo mismo: para una o dos vueltas de molinillo por persona, hay que comprar buena pimienta... ¡Y un buen molinillo!
Para los cocineros, el principal uso de la pimienta es realmente sazonar. No mezclamos mucho con pimienta.